viernes, 19 de diciembre de 2008

la verdad de la poetica del amor benevolente.

Amar es orar a un vacio infinito que se sucumbe en un destino de irrealidad.

Por eso es nuestra continua negacion.

Negamos orar y sobre todo negamos y nos negamos amar.

Amar es contrario a ¿Por que?

Como se puede responder a la vacuidad infinita de un verbo que al mismo hecho de ser pronunciado ya te comienzas a alejar.

Ahora la Luna se ha convertido en la realidad efimera del profundo sentido admitido de lo que es libertad.

Libertad unica osada en la consciencia de la meditacion que lleva a la eternidad.

Una de las ideas mas claves es orar en la palabra es soñar.

Soñar es admitir el vacio como posibilidad si lo haces con los ojos abiertos y lo atisbas desde la posible imposibilidad.

Hoy has venido a mis palabras, ya conoces mi no_yo.

Mi no_yo es la tristeza que no ha sabido encontrar el camino de mi interior y se pierde deambulando por colinas oniricas en la distancia que existe entre cerrar los ojos y sentir la luz.

Alli, donde duerme una niña y un poeta puede sonreir.

Respira tan lento que puedas respirar.

Respira lento que... ahora quiero, que te vayas a meditar, a ser silencio, a ser vacuidad.

Tan solo te ruego que permitas una sonrisa, a tu rostro iluminar.

Medita..., yo me alejo.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen

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